El magnesio, sin ser un factor terapéutico específico, es un elemento que interviene en determinadas patologías o estados:
La actividad deportiva
El magnesio es un mineral implicado en el metabolismo energético e indispensable para la actividad física. Numerosos atletas tienen una deficiencia de micronutrientes, especialmente de magnesio (1,2). La suplementación con magnesio mejora el rendimiento de los atletas (3) y disminuye la producción de ácido láctico (4).
Las enfermedades cardiovasculares
El magnesio es un elemento clave para el buen funcionamiento general del sistema cardiovascular. En un metaanálisis publicado en 2013 (5) que sintetiza el trabajo de 19 estudios (532 979 participantes) sobre el consumo de magnesio, los autores demostraron que existía una relación entre la ingesta de magnesio y la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares. La reducción del riesgo fue más marcada para dosis diarias de magnesio de 150 a 400 mg/día.
Corregir un déficit de magnesio podría reducir la morbilidad y la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, más concretamente después de un infarto de miocardio (6).
Sin embargo, el efecto del magnesio como factor influyente en la presión arterial no está admitido debido a la existencia de estudios contradictorios.
El accidente cerebrovascular
Los resultados de un metaanálisis publicado en 2013 por Nie et al. (7), que estudió 8 estudios prospectivos de cohorte (8367 accidentes cerebrovasculares en 304 551 participantes), sugieren que la ingesta de magnesio reduce el riesgo de accidente cerebrovascular.
La diabetes de tipo 2
Los mecanismos que explican el papel del magnesio en la diabetes de tipo 2 comienzan a elucidarse: por un lado, la hipomagnese mia favorecería la aparición de la diabetes; por otro lado, la suplementación con magnesio disminuiría el riesgo de diabetes.
La presencia de azúcar en la orina aumenta la fuga renal de magnesio, la falta de magnesio favorece la insulinorresistencia, que a su vez favorece la fuga de magnesio (constituyendo así un círculo vicioso que conduce al empeoramiento progresivo de las alteraciones metabólicas).
El magnesio mejoraría la secreción de insulina (8).
El metaanálisis publicado por Dong et al. en 2011 (9) sobre 13 estudios prospectivos de cohorte (24 516 nuevos casos de diabetes en 536 318 individuos) puso de manifiesto una reducción del riesgo de diabetes del 14% en los pacientes que recibían 100 mg/día de magnesio. Esta asociación entre la ingesta de magnesio y una disminución de la aparición de diabetes se encontró especialmente en una población con sobrepeso con un IMC ≥ 25 kg × m–2.
La desmineralización ósea
El magnesio tiene un impacto en el metabolismo óseo, ya que interviene en la estructura del cristal de hidroxiapatita. Un déficit de magnesio sería un factor de riesgo de osteoporosis, en particular en las mujeres menopáusicas (10). Algunos estudios muestran un incremento de la densidad ósea tras una suplementación con magnesio de larga duración (11,12).
El estrés y la fatiga crónica
La acción del magnesio a nivel del sistema nervioso es múltiple. Desempeña un papel en la activación del metabolismo energético (del que el cerebro es un gran consumidor), un efecto antagonista de la acción estimulante del calcio, un efecto estabilizador de las membranas…
El conjunto de estas propiedades tiene una acción globalmente relajante.
En caso de estrés, el corazón se acelera, el tono muscular aumenta. La noradrenalina, un neurotransmisor, envía una señal. Se produce una contracción muscular gracias a la llegada de calcio a las células. Pero este calcio, al entrar, expulsa el magnesio fuera de la célula. Este último acaba en la sangre. El riñón elimina entonces este exceso de magnesio, provocando su fuga urinaria. Esta pérdida de magnesio aumenta la vulnerabilidad al estrés. Este círculo vicioso conduce al agotamiento, que se manifiesta con una fatiga crónica.
El síndrome metabólico
El síndrome metabólico se define por un conjunto de criterios: obesidad abdominal, un nivel de triglicéridos ≥1,5 g/L, un descenso del “colesterol bueno” (HDL-c), una elevación de la presión arterial ≥130-85 mmHg, una glucemia en ayunas ≥ 1,1 g/L. Este síndrome se asocia a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y de diabetes de tipo 2.
Un metaanálisis publicado en 2014 por Dibaba et al. (13) sobre 6 estudios (6 311 casos de síndrome metabólico en 24 473 individuos), sugiere que existe una disminución del 17% del riesgo de síndrome metabólico en pacientes que consumen 100 mg de magnesio al día.
El embarazo
El déficit de magnesio es frecuente durante el embarazo. Estudios preliminares sugieren que una deficiencia de magnesio puede alterar el propio desarrollo de la gestación.
Estrés oxidativo, envejecimiento
Puesto que el magnesio es un elemento clave de la defensa antioxidante, su déficit aumenta la frecuencia y la intensidad del estrés oxidativo, lo que favorece el envejecimiento celular.
Cáncer
No existe una relación demostrada entre la falta de magnesio y el cáncer. Sin embargo, el aporte de magnesio es útil debido al déficit frecuentemente inducido por el propio cáncer o por su tratamiento.
Fabricación del bisglicinato de magnesio
La fabricación del magnesio en forma de bisglicinato requiere la intervención de óxido de magnesio, que reacciona con dos moléculas de glicina de la siguiente manera:
2 NH₂-CH₂-COOH + MgO ⟶ NH₂-CH₂-COO⁻ Mg²⁺ ⁻OOC-CH₂-NH₂ + H₂O
Para obtener el bisglicinato de magnesio, cada molécula de glicina actúa como un ligando que se une al magnesio a través de su grupo carboxilato.
Por lo tanto, dos moléculas de glicina se unen al mismo ion de magnesio, formando un anillo a su alrededor.
Esto estabiliza el ion metálico Mg²⁺ y forma una estructura en anillo, característica de una quelación. De este modo, se obtiene la forma quelada del bisglicinato de magnesio.
Para poder estandarizar el aporte de magnesio a un 20 %, el magnesio obtenido se tampona con una pequeña proporción de óxido. Esto permite obtener una excelente concentración de magnesio sin ninguno de los efectos laxantes que se observan habitualmente con el óxido.
El magnesio en esta forma permite aumentar su biodisponibilidad al mejorar su absorción a través de los canales de membrana.
1. Wierniuk A, Włodar<em>ek D. Estimation of energy and nutritional intake of young men practicing aerobic sports. Rocz Panstw Zakl Hig. 2013;64(2):143‑8.
2. Silva MRG, Paiva T. Low energy availability and low body fat of female gymnasts before an international competition. Eur J Sport Sci. 2015;15(7):591‑9.
3. Volpe SL. Magnesium and the Athlete. Curr Sports Med Rep. août 2015;14(4):279‑83.</em></p>
4. Setaro L, Santos-Silva PR, Nakano EY, Sales CH, Nunes N, Greve JM, et al. Magnesium status and the physical performance of volleyball players: effects of magnesium supplementation. J Sports Sci. 2014;32(5):438‑45.</em></p>
5. Qu X, Jin F, Hao Y, Li H, Tang T, Wang H, et al. Magnesium and the risk of cardiovascular events: a meta-analysis of prospective cohort studies. PloS One. 2013;8(3):e57720.</em></p>
6. Eilat-Adar S, Sinai T, Yosefy C, Henkin Y. Nutritional recommendations for cardiovascular disease prevention. Nutrients. 17 sept 2013;5(9):3646‑83.
7. Nie Z-L, Wang Z-M, Zhou B, Tang Z-P, Wang S-K. Magnesium intake and incidence of stroke: meta-analysis of cohort studies. Nutr Metab Cardiovasc Dis NMCD. mars 2013;23(3):169‑76.</em></p>
8. Veronese N, Watutantrige-Fernando S, Luchini C, Solmi M, Sartore G, Sergi G, et al. Effect of magnesium supplementation on glucose metabolism in people with or at risk of diabetes: a systematic review and meta-analysis of double-blind randomized controlled trials. Eur J Clin Nutr. 2016;70(12):1463.
9. Dong J-Y, Xun P, He K, Qin L-Q. Magnesium intake and risk of type 2 diabetes: meta-analysis of prospective cohort studies. Diabetes Care. sept 2011;34(9):2116‑22.
10. Zheng J, Mao X, Ling J, He Q, Quan J, Jiang H. Association between serum level of magnesium and postmenopausal osteoporosis: a meta-analysis. Biol Trace Elem Res. juin 2014;159(1‑3):8‑14.
11. Tucker KL, Hannan MT, Chen H, Cupples LA, Wilson PW, Kiel DP. Potassium, magnesium, and fruit and vegetable intakes are associated with greater bone mineral density in elderly men and women. Am J Clin Nutr. avr 1999;69(4):727‑36.
12. Ryder KM, Shorr RI, Bush AJ, Kritchevsky SB, Harris T, Stone K, et al. Magnesium intake from food and supplements is associated with bone mineral density in healthy older white subjects. J Am Geriatr Soc. nov 2005;53(11):1875‑80.
13. Dibaba DT, Xun P, Fly AD, Yokota K, He K. Dietary magnesium intake and risk of metabolic syndrome: a meta-analysis. Diabet Med J Br Diabet Assoc. nov 2014;31(11):1301‑9.